Siempre he mirado hacia arriba, hacia la sierra. La Mata, el valle del Guadalentín, esta al pie de la Pedanía de la Costera, y es un lugar de inmensa riqueza. Estos días que se han formado lagunas, la vida ha explotado en forma de aves de todos los tamaños y colores, que van y vienen. Hay mucho más por descubrir y mucho más por cuidar, basta mirar el suelo, y ver lo maltratado que está, plásticos, plásticos y más plásticos procedentes de la actividad agrícola. La gente dejará de querer y confiar en los agricultores si el producir alimentos es a costa de cargarselo todo.
Aparte de esto, en la foto, además de una Garceta común también se ve a Victoria, una mujer ganadera que saca su ganado por la Mata, y con quién me gusta hablar cuando nos tropezamos.