En un intento de que morir no sea desaparecer.
Homenaje a Antonio Porras, casero junto con Gertrudis, de la Finca de la Umbría. Hombre misterioso y reservado, que nos daba queso y anís, a mi padre y a mí. Siempre se sentaba en los mismos sitios. Hacía cruces en en suelo de los caminos por donde pasaba. Andaba lento pero hacía camino. Tenía una perra que se llamaba Paloma que nunca vi andar más rápido que él. Recuerdo de pequeño cuando mi padre me decía - cómo es posible que con lo lento que camina Porras ahora esté aquí y luego tan lejos - Camina lento pero camina. No tengo fotos de él pero se quién tiene una. Quizás su foto sea lo de menos. Se mudaron a la ciudad, era muy mayor, pronto murió.
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Me regaló una cartera. Por un lado una foto del F.C. Barcelona y por otra esta chica que no se quién es. |
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Su espejo y ventana, antes de ser casero. De cuando tener espejo era un privilegio. |
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Un dibujo en la pared con su firma. |
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